05 de setembre 2009

sobre los ritmos femeninos


(extret de "crianza, violencias invisibles y adiciones" de l.gutman

"Durante su ciclo, la mujer albergaba el misterio de la vida dentro de su cuerpo, podía general vida y asegurar el futuro. Esto significa que cada fémina poseía los poderes propios del universo: dar vida, sustentar y crear.
Cada mes nuestro cuerpo sufre una serie de cambios que incluyen variaciones en el equilibrio hormonal, temperatura vaginal, composición y cantidad de orina, peso, concentración de vitaminas, retención de líquidos, tamaño y turgencia de los pechos, consistencia del flujo vaginal, diferentes niveles de concentración mental, diversos estadios de dolor, entre otras alteraciones; aunque la mayoría de estos cambios podamos no registrarlos de manera consciente. Por eso sería interesante que cada una de nosotras llevara un registro de cómo reacciona nuestro cuerpo ante el propio ciclo, si nos interesa comprender cómo afecta a nuestra personalidad, a nuestras energías creativas y a nuestros vínculos afectivos.
Los cambios que experimentamos las mujeres en cuanto a nuestra sexualidad son análogos a los cambios con relación a la percepción de la vida y, en consecuencia, alteran nuestra consciencia y la expresión de nuestras energías creativas.
Los ciclos de la sexualidad, a espiritualidad y la conciencia creativa en verdad son inseparables para las mujeres, aunque no siempre los vivamos con la suficiente conciencia de unión con la naturaleza.
Los síntomas físicos y emocionales que experimentamos son muy variados y en nuestras sociedades civilizadas suelen tener una connotacion negativa.
Si pudiéramos aceptar el período como un tiempo de retiro personal y permitiéramos el espacio para la limpieza y la regeneración, y si nos deslizáramos voluntariamente hacia nuestra naturaleza, los dolores posiblemente no serían tan molestos.
Contemplado de esta manera, el período nos remite a encontrarnos con el ritmo mensual y temporal de la vida, y entrar en contacto con el propio ritmo femenino.
La expulsión de la mucosa que ya no necesitamos permite al organsmo desprenderse de todo lo que ya no le hace falta. La pérdida de sangre llega en el momento adecuado para desintoxicarse de un modo naturla y sencillo. Es obvio que la menstruación es un período de limpieza y reordenamiento, porque el organismo aprovecha la situación para eliminar residuos.
El período representa -a menor escala- un parto mensual; nos recuerda que la vida va siempre ligada al morir y al desprendimiento.
El sangrado de la mujer es incontrolable. Es posible que, por tan poderoso motivo, lo que debería construir un símbolo natural de la belleza del ciclo femenino, se haya transformado en la confirmación de que la naturaleza de la mujer es incontrolable, desequilibrada y peligrosa; y, en consecuencia, hemos decidido considerarla inferior y degradante.
Se supone que las mujeres deberíamos sentirnos tan independientes como los varones. Por eso, en la actualidad, todos asumimos que el período menstrual debe ser reprimido e ignorado. Por supuesto, las mujeres que más nos esforzamos por satisfacer las exigencias sociales, por estar a la altura de los requerimientos masculinos de trabajo, eficacia y velocidad, somos quienes más sufrimos los síndromes menstruales, porque la plena aceptación de esta evidencia contradice nuestras metas cotidianas.
Las mujeres somos cíclicas, pero se espera que seamos constantes y lineales.
Necesitamos convertir en ritual toda nuestra vida cíclica, ya que no es lo mismo sangrar que ovular, cuando despertamos, caminamos, cocinamos, hacemos el amor, estudiamos, trabajamos o pensamos.
Aprender a vivir en armonía con el ciclo interno nos permite ser fieles a la propia naturaleza y recuperar una y otra vez el equilibrio o la fuerza extravidada en el ciclo anterior.
Las mujeres embarazadas perdemos nuestra naturaleza cíclica mensual en el momento de la concepción y prosigue durante la primera etapa de crianza del niño, en la medida en que las madres nos acoplamos al ritmo del bebé y abandonamos nuestra propia cadencia, porque es tiempo de sumergirse en otro compás que tiene sus propias leyes, contando sólo con el itinerario marcado por los ritmos de sueño y vigilia del bebé, así como sus tiempos de hambre, digestión, defecación, exploración y descanso.
Las mujeres que hayamos vivido con plena concienca las fases atravesadas a lo largo de nuestra vida menstrual, podremos aceptar con más facilidad los síntomas y el significado profundo de la menopausia. Las mujeres menopáusicas centramos nuestra energía en una sola dirección, pero a diferencia de las niñas, ahora la dirigimos hacia nuestro propio interior.
Las mujeres menopáusicas permanecen en la introspección. Nuestra percepción deja de ser cíclica para convertirse en un equilibrio constante entre los mundos externo e interno. Ya hemos absorvido las experiencias durante largo tiempo y ahora se desarrollan desde el más interior de los mundos femeninos. Por eso los conocimientos atribuibles a las mujeres maduras eran muy reconocidos en las culturas del pasado en que se las veneraba como guías y consejeras.
Que nuestro físico pierda fuerza y belleza en la madruez es imprescindible para desapegarnos de lo aparente y sumergirnos en las profundidades del ser.

En resumen, las mujeres "civilizadas" solemos "salirnos de la regla", para acomodarnos a los rejoles sociales y laborales, sin darnos cuenta de que pagamos el precio de nuestro propio cuerpo, que pierde el compás interno de la vida femenina.
Si las mujeres pudiésemos fundirnos voluntariamente con nuestra naturaleza, y dedicarnos un fin de semana al mes a descansar, si al menos nos dedicásemos a tomar un té o posásemos una bolsa de agua caliente sobre nuestro vientre, sentiríamos grandes cambios en nuestra percepción de la vida cotidiana. En cambio inauguramos la vivencia femenina desde el artificio de no sentir, no percibir, no saber, ni diferenciarse."

Yo pienso que todavía queda mucho camino por recorrer para conseguir tener un papel activo en la vida social y laboral desde un lugar realmente femenino, y no masculinizado como ahora está pasando... que tomamos analgesicos para poder ir a trabajar como si no pasase nada cuando tenemos la regla. Aunque claro, también lo hacemos cuando nos duele la cabeza, otro tema en el que también tendría mucho que opinar.

1 comentari:

  1. Estic descobrint que moltes suggerències de L.Gutman són reculls d'altres ments...
    en concret aquí, és Miranda Grey a "luna roja" la que parla de la dona lineal i la dona cíclica.
    http://anandaluna.blogspot.com/2010/04/luna-nueva-la-anciana-sabia.html

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